El agua es una fuente de vida que cumple un gran papel en nuestro organismo, tanto a nivel interno como externo.
Cuando consumimos agua fría mantenemos hidratado nuestro cuerpo, nuestra piel luce más radiante y muchas de las funciones de nuestro organismo se realizan con mayor facilidad.
Hoy queremos brindarte 7 consejos de cómo iniciar y motivarte a mejorar tu cuerpo y mente.
Mejora la circulación: Cuando el cuerpo se expone al agua fría, permite que el flujo sanguíneo sea llevado hacía los órganos y tejidos internos.
Piel fresca y saludable: El agua fría ayuda a mantener la piel fresca con brillo natural, reafirma y rejuvenece la piel. Lo que es contrario al agua caliente ya que reseca.
Mayor energía: Las terminaciones nerviosas de la piel se activan y el corazón empieza a latir más rápido.
Recuperación de ejercicio: Muchos de los deportistas después de realizar su rutina de ejercicio toman su baño con agua helada para refrescar y recuperar energía.
Desintoxica el cuerpo: El agua fría estimula que las toxinas se eliminen fuera de la piel y evita causar infecciones y bacterias.
Mejora el humor: Las duchas frías pueden estimular la secreción de noradrenalina en el cerebro, lo cual está asociado con la mejora de desórdenes del humor como la depresión.
Autoestima: Crear un hábito puede ser un reto, al lograrlo te sentirás capaz de poder lograr todos tus objetivos y metas. Te sentirás más saludable y lo reflejarás con tu piel fresca y tendrás una actitud de seguridad y confianza en tu persona tanto física como mental.
Sí te duchas con agua fría de manera gradual, poco a poco tu cuerpo se irá acostumbrando y bañarte con ella dejará de ser una agonía. ¡Es momento de comenzar!